Traigo los bolsillos llenos de motivos que me hagan silenciar los peros.
La boca llena de razones por las que morderte, las manos vacías para agarrarte fuerte.
Tengo amordazados tus condicionantes con mis ganas apuntándoles a la cabeza.
A mis dudas encadenadas desde que sé que tus tentaciones y las mías apuestan a doble o nada.
Éste juego es una ruleta rusa en el que todas las opciones esconden balas y si la curiosidad mató al gato, a mi me quedan seis vidas para seguir jugando.
Qué más da morir en el juego, si las ganas de jugar ya me están matando.
Que sí, que está mi blanco y tu negro, mi caos y tus extremos; pero tan sólo bastó tu cama para ponerlos de acuerdo.
Tranquilo, mis monstruos y tus fantasmas están en el armario, sólo saldrán para contar mis orgasmos.
Que tu boca y la mía sólo las separa un par de excusas y traigo las palabras para echarlas.
Hoy, tan sólo estamos, a un par de versos de distancia.